Cada quien como le parezca

 

Por Walter Turnbull (QDEP)

 La reciente crisis por la epidemia de influenza revivió en mi memoria una excelente conferencia escuchada en un cassette que me prestaron. Planteaba el conferencista que si aquel exitoso conductor, que aquí llamaremos “periodista X” (hablaba de un famoso periodista gringo, no busquen parecidos en el canal de las botellas), famoso líder de opinión, anunciara que había una epidemia de sarampión pero que podíamos estar tranquilos porque cada quien la podía tratar como le pareciera (con un agua de borraja, con un antiviral, con un mantra, con una limpia, con agua y limón, con una cuenta en el banco, con actividad sexual, etc.) merecería que le pusieran una fuerte multa, le retirarían la licencia de locutor o incluso lo meterían a la cárcel por irresponsabilidad profesional. Esto era una ocurrencia, un ejemplo. Pero he aquí que resultaba que en la vida real, ese mismo periodista que el conferencista mencionaba, unas semanas antes había dicho que cada quien puede entender a Dios como quiera y buscar la salvación como mejor le parezca (matando infieles, haciendo sacrificios humanos, practicando ciertas posturas, haciendo viajes astrales, rezándole a un ídolo, convocando a los ángeles, convocando a los demonios, adorando a la “santa” muerte, burlándose del cristianismo, dándose una vida de placer…) La curación de un sarampión —decía el conferencista—, obviamente no se puede obtener como a cada quien se le ocurra. La salvación del alma —que es mucho más importante y más exigente que la sanación física—, en cambio, según este conductor, sí es cuestión de gustos y de ocurrencias. Según el periodista X, cualquier religión, cualquier doctrina, cualquier secta, o ninguna, o cualquier actividad placentera, son fuentes válidas y últimas de felicidad y de salvación.

Suponiendo que exista un Dios y que exista una salvación, es obvio que debe haber una manera de actuar respecto a Él que sea la correcta. No puede ser para cada quien como cada quien se alucine. Si cada quien alucina se propio Dios a su gusto, es obvio que sólo uno puede estar en lo correcto y todos los demás van a estar equivocados.

Ahora, ante la evidencia de la crisis moral y el derrumbe de nuestra civilización, y la posible existencia de una realidad trascendente, cada día se insiste más —por complicidad, por mal entendido respeto, por corrección política, por conseguir votos, por dejadez— en que cada quien ha de hacer lo que quiera, sembrando en el incauto público una idea equivocada que lo puede llevar a la muerte, y se señala como enemigo publico al que intenta advertir la verdad. ¿Por qué ante la influenza o ante el sarampión no se sugirió que cada quien escogiera el remedio que le gustara? Respuesta: porque habría sido una estupidez y una irresponsabilidad. ¿Y por qué, ante la epidemia de maldad, sí se sugiere que cada quien haga lo que le parezca? Repuesta: por estupidez y por irresponsabilidad.

Y una observación más: algo parecido sucede con la epidemia de embarazos no deseados, de familias desintegradas y de enfermedades venéreas. Si ante la epidemia de gripa no es suficiente tomar agua de borraja, sino que hay que modificar muchas otras conductas... ¿por qué, ante la epidemia de embarazos no deseados y enfermedades de origen sexual, muchos famosos siguen insistiendo en que basta con usar un condón? ¿No han leído sobre estadísticas en la materia?  ¿Realmente puede alguien creer que el preservativo es suficiente?  ¿Cómo se atreven a publicar con tanta ligereza semejante mentira?  ¿Por qué no les retiran la licencia, les ponen una multa o los meten a la cárcel?

El conferencista se refería a un caso concreto con un periodista gringo concreto, pero desgraciadamente la historia se repite en todas las culturas y con muchos personajes públicos. Les decía yo que no busquen parecidos, pero es inútil. Ese personaje mediático en el que usted pensó, todos los días dice tonterías parecidas.

Comentarios

  1. Siempre muy sagaz y perspicaz que siempre disfruté los encuentros que tuvimos, era entre muy inteligente y divertido Wally y vaya fiesta que se armaba en las muchas ocasiones que tuvimos nuestros encuentros...Wally siempre agradecido por el DON DE TU PERSONA, Angélica Gracias por el compartirlo ,, Dios contigo y con Lupita Amén

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  2. Pues si... La insensatez sigue siendo la constante en el modo de conducirnos.
    Un recuerdo para el compadrito y un abrazo para ustedes.

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  3. Pues si... La insensatez sigue siendo la constante en el modo de conducirnos.
    Un recuerdo para el compadrito y un abrazo para ustedes.

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  4. Conste que lo escribió hace diecinueve años:
    "El conferencista se refería a un caso concreto con un periodista gringo concreto, pero desgraciadamente la historia se repite en todas las culturas y con muchos personajes públicos. Les decía yo que no busquen parecidos, pero es inútil. Ese "personaje mediático" en el que usted pensó, todos los días dice tonterías parecidas".

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