Exaltación de la mujer, sólo en la Iglesia
Exaltación de la mujer, sólo en la Iglesia.
Por Walter Turnbull (QDEP)
«La Iglesia excluye a las mujeres», nos dicen con mucha convicción las
«católicas» por el derecho a matar. Se afianzan en el hecho de que la Iglesia
nunca ha ordenado mujeres. Razones —ya lo hemos dicho— debió tener Jesús para
no hacerlo, y la Iglesia, imitando a Jesús, debe respetar esa norma hasta que
un Papa reciba una inspiración directa del Espíritu Santo para cambiarla.
Fuera de ese detalle, si analizamos con objetividad y con ganas de descubrir
la verdad, veremos que nadie ha dado tanto realce a la figura femenina como la
Iglesia católica.
Para comenzar, la Iglesia pone como base de su existencia y como apoyo
permanente de su desempeño a una mujer, a la Virgen María.
La Iglesia predica, más que nadie, el derecho de las mujeres a la
fidelidad matrimonial, cosa que no respetaban ni los judíos de tiempos de
Jesús, ni respetan otros grupos supuestamente cristianos, y de las religiones
no cristianas, mejor ni hablamos.
Funda, como una institución, los monasterios femeninos: sociedades de
mujeres que, sin la dirección ni la compañía de hombres, se realizan plenamente
en un ambiente de armonía, y realizan más obras benéficas que nadie en el
mundo.
La Iglesia celebra y apoya decididamente el valor de la maternidad como
la empresa más digna que el ser humano puede emprender, como colaboradora de la
creación y de la salvación de los hombres. Hoy las llamadas feministas y
nuestras enemigas, catolicofóbicas por el derecho a matar, lo primero que hacen
es negar las bondades de la maternidad, como si fuera una carga vergonzosa e
injusta impuesta por alguna autoridad machista (en este caso Dios, yo supongo).
Hoy en día, la Iglesia católica es la única que aprecia a la mujer como es, sin
tratar de convertirla en hombre para poder apreciarla.
Difícilmente alguien ha hablado con más acierto (aunque no es el único
en la Iglesia) sobre la dignidad de la mujer que Juan Pablo II, que toca el
tema en varios pertinentes documentos.
Antes de la difusión del mensaje cristiano, nadie pensaba en la
dignidad, y menos en la igualdad, de la mujer. Y basta revisar las culturas a
las que el cristianismo no había llegado o no ha llegado hasta la fecha, para
ver cómo en casi todas esas culturas a la mujer se le trata como ser inferior,
inacabada imitación del hombre, fuerza de trabajo, objeto de placer (justamente
en lo que quieren convertirla las feministas catolicofóbicas)... Y es la Iglesia la que viene a predicar por
primera vez sobre estos temas. Si hoy la humanidad habla (al menos en teoría)
de respeto a la mujer, es gracias a la influencia del cristianismo, aunque
muchos se resistan a reconocerlo.
No, la Iglesia no ordena a mujeres como sacerdotes, igual que Cristo no
ordenó como sacerdotisa a su santísima Madre, pero en cambio es la única que
las dignifica en todos los otros aspectos y terrenos de la vida.
Es un gran contrasentido que quienes pretenden defender a la mujer, lo
primero y lo único que hagan sea atacar a Cristo y a la Iglesia.
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