Cristo Rey ¡Tú reinarás!


Cristo Rey ¡Tú reinarás!
Por Walter Turnbull (Descanse en paz)

Habiéndole preguntado los fariseos cuándo llegaría el Reino de Dios, les respondió: «El Reino de Dios viene sin dejarse sentir. Y no dirán: "Vedlo aquí o allá", porque el Reino de Dios ya está entre vosotros.»
Dijo a sus discípulos: «Días vendrán en que desearéis ver uno solo de los días del Hijo del hombre, y no lo veréis. Y os dirán: "Vedlo aquí, vedlo allá." No vayáis, ni corráis detrás. Porque, como relámpago fulgurante que brilla de un extremo a otro del cielo, así será el Hijo del hombre en su Día.
Pero, antes, le es preciso padecer mucho y ser reprobado por esta generación.(Lucas 17, 20-25)

Celebramos la fiesta de Cristo Rey. Hermoso Misterio. Cristo, con todo su poder y su justicia, gobernando al mundo, en vez de tantos malandrines que lo han gobernado tan mal durante tanto tiempo. Al fin la paz, el progreso, la justicia, el bienestar. Por algo esta imagen ha incendiado los ánimos de los mártires de tantas persecuciones. Por eso ese brillante himno de confianza inflama también nuestra fe: “Tú reinarás, oh Rey Bendito, pues tú dijiste: Reinaré”.
Sin embargo, el Reino de Cristo no es como los de este mundo (ver Lucas 17, 20-25).  No llega con violencia e imposición. No somete a los enemigos por la fuerza. Algún día lo hará, y «llegará como un relámpago fulgente que brilla de un extremo al otro del cielo», pero por lo pronto, el Reino de Cristo nace con suavidad, con delicadeza, en cada corazón que lo acoge y vive según su palabra. La presencia de Cristo en el corazón transforma la vida del que lo acoge, como si viviera en un nuevo reino, con confianza, esperanza y amor. Y la presencia en la sociedad de hombres que siguen a Cristo va transformando el medio en un reino de justicia y amor. El Reino de Dios ya está creciendo en medio de nosotros, pero antes, igual que su fundador, tiene que padecer mucho y ser reprobado por esta generación.
¿Se acerca ya la segunda venida de Cristo? Podría ser. Los signos parecen estarse cumpliendo. Sin embargo, muchas veces antes se ha creído inminente y se ha fallado.  El hecho es que el Reino de Dios puede y debe venir cada día en cada uno, independientemente de su advenimiento definitivo.
Curioso, ridículo y triste, es el caso de tantos movimientos que han querido establecer la justicia en el mundo prescindiendo de Dios, o incluso haciéndole la guerra. Los ha habido siempre, con más intensidad de doscientos años para acá. Jamás lo podrán lograr, y su pago será la vergüenza al final de los tiempos o al final de sus días, cuando todos se den cuenta de su error. El reino de Dios crece entre nosotros y algún día habrá de establecerse en definitiva. Es sólo cuestión de aceptarlo y abrirnos a su fuerza redentora. !Tu reinaras! Toda la vida trabajaremos con gran fe, en realizar y ver cumplida la gran promesa: Reinaré

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